Esto fue en Indonesia, en algún sitio de la isla Bali, al lado del pueblo Ubud, que es conocido por sus artículos artesanos. Estabamos yendo hacia un volcán apagado al norte de la isla, aparqué mi coche delante de un templo para tomar unas fotos, comprar un poquito de fruta y refrescos y tambien descansar un rato. Estos días el pueblo de Bali celebró una fiesta bydista. Todo el mundo quería llegar al templo para celebrar, para regalar a Dioses sus regalos muy bonitos de frutos diferentes. Cuando entré al patio del templo donde estaba mucha gente, sentí de repente una mirada atenta. Miré alrededor y hallé un rostro de un chico muy serio entre personas alegres y despreocupadas. Estaba con su padre al centro del patio cerca de una fuente y me miraba a mi. Le sonrí y tomé esta foto. Tuvo una mirada inolvidable.
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